Hoy en día hay tantos tipos de yoga que es imposible conocerlos todos o haberlos practicado. En este artículo explicaré los principales tipos de yoga, para que tengas una mejor idea y no te sientas tan perdido a la hora de probar un estilo u otro.
Aunque mi recomendación, ya sabes, es que no te quedes solo con uno. Cuanto más y más practiques mejor entenderás lo que es realmente el yoga y disfrutaras sus beneficios.
Empezamos por el Hatha porque, según mi experiencia, es el más recomendado para principiantes ya que puede practicarlo cualquier persona, independientemente de su edad o condición física.
Es un estilo de yoga tranquilo, con posturas básicas y diferentes niveles según la práctica. Las posturas se mantienen durante un tiempo para poder corregirlas y entenderlas mejor. Proviene del yoga tradicional y se trabaja, además de la parte física, con la respiración y la meditación.
Es la base de otros estilos de yoga como el Iyengar, Ashtanga, Kundalini o Bikram.
Es el estilo más exigente a nivel físico y se necesita mucha disciplina para avanzar en la práctica. Se realizan siempre las mismas secuencias de posturas dinámicas llamadas vinyasas.
Su práctica requiere fuerza, flexibilidad y resistencia tanto física como mental. Al ser siempre las mismas asanas, combinadas con la respiración y la concentración, se considera también un trabajo meditativo.
Descendiente del hatha, este estilo de yoga se centra en la correcta alineación de la columna en cada postura. Por lo que cada asana se realiza de forma pausada, con mucha concentración y con la utilización de accesorios para ayudar a permanecer en la postura correcta durante un minuto.
Es un estilo perfecto para entender cada asana al milímetro y conocer y fortalecer nuestro cuerpo. La luz del yoga es un libro escrito por su creador, B.K.S. Iyengar, que para muchos es admirado como “la biblia de yoga”.
Vinyasa significa movimiento sincronizado con la respiración. Como en el ashtanga, se realizan secuencias de asanas dinámicas, pero sin ser siempre las mismas posturas.
Cada profesor puede diseñar su clase, con diferentes niveles de dificultad y variando las posturas, lo que permite una mayor flexibilidad y dinamismo. Es la respiración quien va guiando las posturas, que se unen de forma rítmica creando secuencias.
De este estilo cada vez surgen más variantes “made in U.S.A” que crean su propia escuela, como el power yoga, vinyasa flow o rocket yoga. Estos estilos son mucho más dinámicos, pero dejan un poco de lado la parte más espiritual.
Es una secuencia de 26 posturas en una sala a 40 grados de temperatura. Con el calor se busca favorecer el estiramiento de los músculo, mejorar la flexibilidad y, al sudar como un pollito, quemar toxinas. En Netflix hay un documental bastante… intrigante sobre su creador.
Es un estilo mucho más espiritual y meditativo que busca despertar el circuito de energía vital que tenemos cada uno en nuestro interior.
Se realizan posturas sencillas combinadas con la respiración y el canto de mantras en la meditación. Si quieres probar Kundalini saca tu ropa blanca, y cómoda, del armario porque los practicantes suelen ir vestidos de este color.
Estos son los tipos de yoga más conocidos y practicados, pero todavía quedan un montón de estilos muy interesantes y que seguro te encantará probar, pero los iré contando en los siguientes artículos.
¿Eres un apasionado de alguno de estos estilos? Por favor, escribe en los comentarios qué es lo que más te ha enganchado y los beneficios que has obtenido al practicarlo.