Elegir el estilo de yoga que más se adapta a ti no es tarea fácil si no conoces a fondo las características y beneficios de cada uno. En este artículo te daremos una pequeña guía para ayudarte a encontrar tu estilo y animarte a aprobarlos todos.
Una vez que te asomas a las puertas, o por una ventanita, del infinito mundo del yoga te das cuenta de las miles de posibilidades que ofrece su práctica. Es un mundo realmente fascinante.
Puede que vaya a decir una locura (por eso aviso antes) pero creo firmemente que si integras el yoga como tu forma de vida no necesitarás ir al médico o al psicólogo nunca más.
Pero es verdad que antes debes conectar y sentir que verdaderamente te llena y te hace bien. Y como las personas somos muy diferentes, a cada uno nos sentará mejor un tipo de yoga. Podremos conectar mucho más con aquellos que se adapten a nuestra forma de ser.
Aquellos que piensan, “Uf, el yoga no es para mí, qué pereza eso de respirar y moverse tan despacio” o “Uf, el yoga exige mucha disciplina y flexibilidad, yo no valgo para eso” están equivocados. Hay estilos de yoga para todo tipo de personas, incluso para ellos.
¿Qué estilo de yoga debes practicar según tu personalidad?
Necesitas una práctica más dinámica y cardiovascular como vinyasa, ashtanga, power yoga, bikram o hot yoga o incluso acroyoga. Donde se realizan una secuencia de posturas en las que prima el movimiento coordinado con la respiración.
Tu yoga es el ashtanga o el iyengar.
Puedes probar el Hatha yoga, Iyengar, Sivananda, Anusara o el yoga restaurativo. Son prácticas físicas, pero es un yoga más tranquilo, con menos movimiento y manteniendo cada postura para entenderla mejor y asimilar sus beneficios.
Tu estilo de yoga es el Yin yoga, Nada yoga, Kundalini, yoga nidra, Anusara o Swara yoga. Son estilos mucho más tranquilos, centrados en trabajar la energía interior a través de movimientos suaves, la meditación y la respiración para conectar con tu parte más emocional.
En otro artículo te explico en detalle los principales tipos de yoga.
Mi recomendación es que una vez que te enganches a esta disciplina vayas probando otros estilos porque puedes ir quedándote con la parte que más te guste de cada uno. Y según cómo te encuentres cada día puedes variar, y por qué no, hasta puedes crear un estilo propio adaptando lo que mejor te sienta de cada uno en una misma práctica.
Si después de este post, no crees que el yoga es algo maravilloso y no te pica la curiosidad de practicarlo… no te preocupes, ya encontrarás algo que te llene. Aunque sea una buena fabada.